Hay veces que el
final no se alcanza, ni estirando lo más posible el brazo del deseo.
Hay veces que ningún sueño alcanza para enloquecer a la realidad,
para voltear los sentidos que anidan en temores obscenos, sin rostro, sin
aliento, y con el alquitrán en las venas, y que me ciega los pasos a llegar a ti….
Que me planta en la orilla del lago, que me nubla los días sin
fin,
Que puedo morir sin
redimir los días felices, sin entender por qué ya no hay marcha atrás…
Vivir sin parpadeo, sin memoria ni rostro…
Sin esperanza, sin rastro, ni camino…
Me siento triste de mirar y no poder ver,
sin entender lo borroso de mi vida, sin salir de aquí, y llegar a ningún
lado, de viajar en sentido opuesto…
Me canso el asfixio del destino, el incierto sonar de cada día,
me canse de dormir y despertar, me canse de soñar y no vivir…
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